Competitividad y rivalidad en los equipos
Hace años que me enseñaron que una buena estrategia competitiva es aquella que ayuda a la empresa a explotar sus fortalezas, desarrollar nuevas capacidades y aprovechar las oportunidades para obtener una posición de ventaja en el mercado.
Y muy importante, como buena estrategia, esta solo funciona si es compartida por todos los miembros que forman el equipo. Pero, ¿es positivo fomentar la competitividad y la rivalidad entre compañeros de trabajo?
La respuesta es ambivalente, y como muy probablemente, seremos muchos los que opinaremos de forma desigual, intentaré unificar criterios. Primero de todo, COMPETIR no es algo solo positivo. Es algo intrínseco y NECESARIO en un mercado competitivo como es el actual. Nunca antes las empresas han tenido que defender hasta el milímetro (o la milésima) , sus fortalezas y capacidades, para diferenciarse de su competencia.
En eso creo que todos los seniors que hemos pasado por sectores como automoción, industria o moda, estaremos 100% de acuerdo. Pero prestemos una especial atención a esas “capacidades” de las que hago mención.
La mejora y el desarrollo de las capacidades de cada empleado que forma la cadena de valor de una empresa debe ser la prioridad a trabajar. Y con ello me refiero a motivar, formar, evaluar y promover a todos aquellos que hacen posible que llegue un paquete de Amazon sin incidencias a nuestros hogares, la habitación de un hotel este perfecta en nuestro checking o recibamos la mejor atención en un servicio al cliente en una llamada. Es lo que denominamos la cadena del valor competitivo.
Y esa cadena de valor, formada por eslabones, debemos entenderla como invertir en crear grupos “talento”, lejos de modelos individualistas, motivados para la consecución de objetivos en equipo, dentro de empresa.
Una élite de talento, dónde todos tienen cabida, pero que tristemente, no todos quieren formar parte de ella, por el grado de involucración y motivación que ello les comporta. Por tanto, fomentar la competitividad entre equipos y donde la rivalidad, por supuesto, pasa por cumplir con una ética y escala de valores de empresa, debe formar parte de esa estrategia de competitividad empresarial si queremos llegar a ser los mejores en nuestro mercado y actividad.